Julia García Monge, fue elegida Secretaria General de la Conferencia Española de Religiosos en elaño 2009 y desde entonces ha trabajado incansablemente al servicio de la Vida Religiosa. A las puertasde una nueva Asamblea General, nos cuenta las líneas de actuación de la CONFER en estos años,y los proyectos para el futuro.
- ¿Qué supone la XIX Asamblea General de CONFER para la Vida Religiosa en España?
Cada año los Superiores/as Mayores de los Institutos religiosos y Sociedades de vida apostólica que forman la CONFER, son invitados a participar en la Asamblea General. Representan a los 48.000 religiosos y religiosas que viven en España, distribuidos en más de 6.000 comunidades. La Asamblea, por tanto, es una oportunidad para expresar la comunión de los diversos carismas y celebrar el don de la vida consagrada, regalo del Espíritu a su Iglesia; tiempo para vivir la corresponsabilidad, para la reflexión y el diálogo. Estos encuentros nos invitan a buscar, a discernir, a tener el coraje de afrontar juntos los desafíos que experimentamos. Sin duda que es un momento de gracia para afirmarnos en nuestra identidad de vida consagrada y de estar atentos a las sugerencias del Espíritu en el hoy de nuestra historia. Tenemos la certeza que el Espíritu nos precede y acompaña, nos hace entender y acoger la llamada a una conversión profunda para compartir el don de la vida consagrada con las demás vocaciones en el pueblo de Dios. Es el Espíritu quien nos pone en camino para el anuncio del Evangelio desde el don y la vocación específica que nos otorga.
- En el año 2010, la CONFER se marcó unos objetivos para este trienio con la esperanza como tema nuclear de los tres años, ¿cómo cree que se están viviendo estos objetivos?
En el año 2010 se presentó lo que iba a ser el tema nuclear de los objetivos del trienio: Lo titulábamos: “La vida religiosa esperanza para el mundo. Dar razón de nuestra esperanza” (1Pe 3,15). En cada una de las Asambleas se ha tomado un aspecto significativo. En esta Asamblea de 2010 el lema fue: “Nacer de nuevo para una esperanza viva” y nos preguntamos cómo “vivir en esperanza para ser esperanza del mundo” especialmente en los procesos que los Institutos estaban realizando para revitalizar la vida y la misión”.
En la Asamblea de 2011 se nos siguió invitando a que la esperanza que nos habita fuera generadora de vida, que suscite en otros la pregunta: ¿Dónde vives? Y manifieste a los jóvenes la belleza del seguimiento de Jesucristo para que puedan ver y quedarse con Él. El lema de esta Asamblea fue ¿Dónde vives? Venid…Fueron, vieron, se quedaron con Él.
En esta asamblea de 2012 la esperanza se hace misión y la misión está llamada a potenciar nuestra esperanza. Jesucristo, nuestra esperanza, razón de nuestra vida consagrada nos impulsa a anunciar lo que hemos visto y oído.
Junto al objetivo de la esperanza señalamos el de la comunión. Profundizar en la comunión eclesial con nuestros Pastores, entre las Congregaciones, con los laicos y al interior de la misma CONFER. Objetivo que hemos querido mimar potenciando unas relaciones que respondan al deseo de Jesús: Que todos sean uno para que el mundo crea.
Tanto en la CONFER Nacional como en las CONFER Regionales y Diocesanas sus actividades han estado dirigidas a caminar en la dirección de los objetivos que se señalaban en cada Asamblea: Retiros, Jornadas, Cursos, Semanas de Vida Religiosa. Se ha dado un gran impulso a la vida de las Regionales y Diocesanas, se ha ido creando la vocalía de lo que llamamos CONFER Joven, se han tenido encuentros de reflexión compartida con los Superiores/a s Mayores para ayudarnos en la búsqueda de caminos para revitalizar y animar la vida y misión de la Vida Religiosa.
- ¿Qué tema centra la Asamblea de este año?
La Asamblea de este año tiene como tema: “Cómo creerán si no son evangelizados” (Rom 10,14). Se encuadra dentro de los objetivos del Trienio y en un contexto muy especial: La celebración de los 50 años del comienzo del Concilio Vaticano II, el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización y el Año de la Fe. Tres acontecimientos que son una llamada a tomar conciencia de la urgencia en el anuncio del Evangelio. Cristo “hoy como ayer, nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra” (Carta apostólica Porta Fidei, 7).
La vida religiosa tiene siempre a su lado la fuente inagotable del amor a Jesucristo. Aquí se encuentra la razón de su misma existencia y de cualquiera de las formas de apostolado. Si la vida consagrada se muestra fascinada por Jesucristo retomará el mismo fervor apostólico de las primeras comunidades cristianas que, desde su pequeñez y debilidad, fueron capaces de difundir el Evangelio en todo el mundo. Si la Iglesia existe para evangelizar, esto mismo podemos afirmar de la vida religiosa. Una de las ponencias de la Asamblea tratará este tema: Jesucristo esperanza para el mundo. Cómo anunciarlo hoy desde la vida religiosa.
Y somos conscientes que esta tarea la realizamos con otros en misión compartida. “La misión compartida, un camino eclesial de encuentro entre el laicado y la vida religiosa” centrará la reflexión del segundo día de la Asamblea
- ¿Qué puede aportar la Vida Religiosa a la Nueva Evangelización?
Precisamente están programados doce Talleres en los que, desde los distintos campos en los que la vida religiosa está presente, se hagan esta pregunta. No solo qué puede aportar la vida religiosa en el futuro, sino lo que ya está aportando en este momento. Reconocerlo no es para vanagloriarnos, sino para que nos sirva de estímulo y acicate para lo que queda por realizar. Se ha reconocido en el Sínodo el papel tan importante que la vida religiosa ha tenido en la misión evangelizadora de la Iglesia a lo largo de los siglos. Y si afirmamos que es el Espíritu quien la conduce, será quien irá abriendo nuevos horizontes a los consagrados en la iglesia y en la sociedad. El Espíritu actualiza nuestros carismas para ser portadores hoy de vida y esperanza. A la vida religiosa presente en tantos lugares de nuestro mundo la esperan muchos hermanos y hermanas, necesitados de pan, de solidaridad, de justicia, de Dios. Y nosotros, hombres y mujeres consagrados, necesitamos comunicarles el tesoro que llevamos dentro: Jesucristo, nuestra esperanza. Él nos necesita a cada uno de nosotros y de nuestras comunidades para continuar su tarea evangelizadora, para ir a anunciarle donde Él nos espera.
- En relación con esto, ¿a qué conclusiones para la Vida Religiosa le gustaría que llegara la Asamblea?
No sé si es posible llegar a conclusiones en este tipo de asambleas. Tampoco es el objetivo. Creo que lo importante es que se presenten caminos que ayuden a la vida consagrada a recobrar con más vigor y apasionamiento su adhesión absoluta a Jesucristo para poder anunciarlo y testimoniarlo. Sin duda que las ponencias, los paneles y talleres nos iluminarán en el cómo y, sobre todo, serán una invitación a la comunión, a crear proyectos intercongregacionales, a seguir profundizando y discerniendo juntos.
Los cambios socio-culturales son tan profundos, rápidos y complejos que requieren que los religiosos y, de forma muy especial, los Superiores Mayores busquen con otros respuestas a los desafíos que se plantean hoy a la vida consagrada. Sin duda que estos días de la Asamblea posibilitan la cercanía, el conocimiento entre los que participan en ella, el deseo de comunicar y recibir de los otros la riqueza de la que somos portadores y también las soluciones para las dificultades que encontramos.
La Asamblea es un espacio que nos ayudará a soñar juntos cómo llevar la Buena Noticia a los pobres, cómo anunciar a Jesucristo a los hombres y mujeres de nuestro mundo. Será un espacio para hacer presente, con sencillez y valentía, el don del que cada Instituto es portador. Cada Superior y Superiora mayor sabrá quedarse con lo bueno y así podrá llevar al corazón de sus comunidades la pasión por el anuncio del Evangelio. Tengo la esperanza de que la vida consagrada saldrá muy fortalecida para testimoniar y anunciar la esperanza que la habita: Jesucristo.