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Mariano José Sedano
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11/01/2013
Arriesguemos un poco y puede que encontremos gente dispuesta a arriesgarse con nosotros

Las palabras de Mariano José Sedano en la pasada Asamblea de CONFER fueron un soplo de esperanza y de aire fresco. Es un misionero claretiano que lleva en Rusia desde 1996. Allí ha vivido su misión, levantando la Iglesia Católica tras la caída de la URSS. Es también Consejero de la UCESM, lo que lo sitúa en un lugar privilegiado para observar la situación y las posibilidades que la Vida Religiosa ofrece en la realidad europea. Agradecemos su disponibilidad.

- Llegó a Rusia por primera vez en el año 1996, ¿cómo se ha desarrollado la Vida Religiosa desde entonces hasta la actualidad?  

Lo primero que hay que resaltar es la generosidad y valentía de muchos religiosos y religiosas que fueron los primeros en dar el paso y venir a Rusia en cuanto se abrieron las primeras puertas tímidamente a partir del año 1990. Muchas congregaciones respondieron a la llamada del papa Juan Pablo II a ayudar a poner en pie o a plantar de nuevo la iglesia católica en Rusia. Cuando nosotros llegamos ya había bastantes religiosos y religiosas de diversas partes del mundo, aunque predominaban, como es lógico por la proximidad de la geografía y la lengua, los provenientes de Polonia. Muchos llegaron a Rusia con grandes ilusiones y con bastante ingenuidad o desconocimiento de la realidad. Tengo algo más que una sensación de que no existió ningún plan previo, ni una organización pastoral. Según llegaba la gente, se le enviaba adonde hiciese falta. Esta anarquía y falta de planes, desanimó a muchos que, a los pocos años, se volvieron a casa. Poco a poco, sin embargo, se han estabilizado las estructuras eclesiales: diócesis, parroquias, diversas áreas apostólicas, cáritas…. Y la mayoría de los que estamos, hemos encontrado nuestro lugar y ahí seguimos. Ahora mismo los religiosos somos unos 600, de muy diversas congregaciones. En alguna de las 4 diócesis más del 80% del clero es religioso y en casi todas en torno o más del 50%, sin contar las religiosas, que son unas 350 y que desarrollan su misión en la mayoría de los casos en estructuras parroquiales. Sin los religiosos no se puede entender hoy la Iglesia católica en Rusia y sus mejores iniciativas. Dos de los cuatro obispos, además, son religiosos. Una de nuestras tareas pendientes es que nuestras vocaciones rusas, masculinas y femeninas, aumenten. Ahora mismo no llegan al 5% del total. Este es el reto y el fruto de la “plantación de la Iglesia católica” en este bendito suelo tan sufrido y sufriente, donde siempre seremos una minoridad, pero seremos.  

- ¿qué ha supuesto la creación de la Conferencia Rusa de Superiores y Superioras Mayores para la misión de las congregaciones?

Me gustaría pensar que ha sido algo importante. De hecho, nadie pensaba en la Conferencia, ni los Obispos, ni los religiosos mismos. Tuvo que ser iniciativa del Nuncio Apostólico en 1999. Se puede decir que fue una realidad que nació casi muerta, porque los Obispos pensaban que iba a provocar tensiones, ya que la mayor parte del clero era religioso. Si se organizaban iban a empezar a hacer reivindicaciones contra los Obispos. Pero se encontraron con otra cosa y hoy la Conferencia se ha ido haciendo necesaria para la vida ordinaria de los religiosos. Se han traducido al ruso  y publicado casi todos los documentos sobre Vida religiosa postconciliar, hemos preparado diversas formas de contratos con los Obispos y los párrocos, se celebra cada dos años la Asamblea plenaria de CORSUM (Conferencia Rusa de Superiores Mayores) donde los Obispos toman parte activa y reflexionan y oran con nosotros; hemos potenciado la celebración del día de la vida consagrada en las parroquias con materiales diversos,  hemos celebrado encuentros de formadores y de vocaciones rusas para seguir profundizando sus rasgos específicos… Y últimamente hemos logrado incluso la aprobación civil de la Conferencia, que es algo que parecía absolutamente imposible tan sólo 5 años atrás. Ahora ya no hace falta, como años atrás, tener un número determinado de gente con pasaporte ruso para ser reconocido como personalidad jurídica. Ahora, la Conferencia sirve como de paraguas a cualquier Congregación que forme parte de la misma para que pueda inscribirse en el registro civil. Basta con que un miembro de la comunidad tenga permiso de residencia en la Federación rusa. Creemos que este puede ser un paso importante en el proceso de “normalización” de la vida de la Iglesia católica y la vida religiosa dentro de ella en Rusia. El acento ecuménico en diálogo con los hermanos ortodoxos también ha estado presente en nuestras tareas, si bien más afectiva que efectivamente. Tendremos que seguir intentándolo a pesar de todo.  

- Es usted también Consejero de la UCESM, ¿qué retos cree que tiene la Vida Religiosa en Europa? ¿qué esperanzas puede aportar en el contexto social en que vivimos?

UCESM es un observatorio muy interesante de la realidad de la Vida Religiosa en Europa con  sus diversos contextos con matices distintos. No hablamos de lo mismo cuando pensamos, por ejemplo en la Vida religiosa en Bélgica o en Eslovaquia o Croacia, por hablar de países católicos. Ni tiene la misma presencia y significación en Bosnia, Rumanía, Grecia o Rusia, por poner algunos contextos donde los católicos somos minoría. Si en el occidente católico tradicional andamos cerrando casas y abriendo geriátricos para nuestros hermanos, en el Este hay empuje vocacional, existe ilusión y se necesitan abrir cauces y estructuras para gente joven. Y ambas realidades son Europa. Ciertamente en un contexto y en otro caminamos hacia una presencia menos visible de los religiosos, pero no por ello menos eficaz. La formación para ser fermento y signo elocuente se impone, como también la fuerza débil del testimonio (martirial) vivido en formas nuevas como la intercongregacionalidad, la catolización de nuestras comunidades por la llegada de gente joven de otros países de Europa o de Asia y África o el descubrimiento de la misión compartida que pide acentuar nuestra identidad por la suma y no por la resta. Cada religioso debe de ser una historia de vida y esperanza para la Historia, o, si se prefiere, un icono y artesano que vive y empasta la comunión cada día con harinas “de otros costales” para hacerse pan de Dios.  

- Ha estado presente en la última Asamblea General de CONFER, ¿cómo se ve desde fuera la situación actual de la Vida Consagrada en España?

Nuestra vieja piel de toro ha sido siempre y es una lanzadera de misioneros. Los encuentras por doquier… y también en Rusia, claro. En los últimos años, sin embargo, no son religiosos y religiosas lo que vemos, sino sacerdotes y laicos de movimientos los que encontramos por los caminos y las estepas. Y son gente a la que hemos tildado a veces de “carcas” o “neoconservadores”. Me da la impresión que nuestros problemas con las edades y las obras apostólicas nos están cerrando mucho en nosotros mismos. No hay que dejarse llevar ni por la aparente lógica aplastante de los números, ni por cantos de sirenas o cigüeñas agoreras que no traen niños, sino muerte en sus picos. La vida religiosa tiene futuro si tiene memoria no sólo del pasado, sino del paso de Dios en  sus diversas formas. La llamada a la Misión puede salvar a la Vida religiosa y suscitar entusiasmo por la universalidad, aunque sea vivido desde la cama de una residencia. Estamos viendo en Rusia cómo sacerdotes jubilados en España “reverdecen” y dan frutos en esta tierra, donde nos conservamos bien gracias al frio. Ellos hacen realidad la profecía de que “en la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso”. No se necesita tanto mano de obra joven (¡ójala,claro!), cuanto corazones vivos para testimoniar juntos al Resucitado viviendo en comunión de vida y misión. Ese es el sermón que se entiende en todas las lenguas y para el cual no hace falta aprender a conjugar verbos raros. Os animo, pues, a pensar en plural y en universal, mirando fuera de nuestras estrechas ventanitas y nuestros problemas “autonómicos”. A los religiosos Dios nos ha regalado la rosa de los vientos. Dejemos que la cabeza y el corazón vuelen. Arriesguemos un poco y puede que encontremos gente dispuesta a arriesgarse con nosotros. Si no, seguiremos muriendo lenta e inexorablemente.

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